Mi amigo Judas es diabético, según el mismo ha dicho su enfermedad es producto de su mal genio, y la verdad es que cuando “se le sube el azúcar” no se le reconoce, porque tiende a ser muy impulsivo y gritón, por supuesto hace unos panchos memorables, así que normalmente buscamos algún pretexto para molestarlo a ver que hace. Otra característica de Judas es su amor por sus automóviles, no importa si se trata de un trasto viejo, le gusta lavarlos hasta por debajo del chasis, los aspira, los encera, y asi pasa muchas horas acicalándolos, hoy en día sus bebes son: un sedan VW 1974 para su uso personal (que por cierto acaba de mandar pintar) y un Peugeot que conduce su esposa al que le acaba de cambiar de rines y llantas por unas mas nuevas, bonitas y caras, de eso hace una semana.
Su esposa según ha mencionado en innumerables ocasiones conduce muy mal para su gusto, y hace unos días cayo en un bache y lastimo unos de los rines y la llanta, por supuesto que ella temerosa de la reacción de Judas no le dijo nada, así que cuando fueron a comer en el Peugeot ella iba muy tranquilita y no menciono el echo. Al salir de restaurante judas se dio cuenta de la llanta he hizo un coraje tremendo, ¡claro estaba maltratado uno de sus bebes!, preso del coraje subió al coche discutiendo con su esposa y no se fijo en lo que estaba haciendo.
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